Revisión 1 Escultura Conceptual de plastilina: 1999. Roger Pereira

 

Plastilina depresiva, oscura y densa… no es tan común, pero también pasa…

Se trata de un paréntesis en mi trabajo que quiero compartir contigo.

Esta es la primera revisión de una pieza   para el blog “Plastilinología Aplicada”… espero te guste, lo disfrutes y te sea de utilidad!

1999 es una pieza que marcó un quiebre en mi vida personal. Por aquel tiempo la vida dio un vuelco y como era de esperarse esas sensaciones pronto llegarían a las plastilinas. Es un trabajo que inicié a finales de 1998 y culminé a principio de 1999. Originalmente lo llamé Virus (en alusión directa a el lado más nocivo del ser humano) y manejé ambos nombres para referirme a él.
Coincidía el cambio o la culminación del siglo, con la manifestación del hastío y la desilusión profunda  por mi enfoque de la vida en aquel tiempo. Realmente era apenas el inicio de una transformación.

Las presiones sociales, la conciencia de mis diferencias, la violencia del mundo y el preocupante mensaje externo que nos impulsa a odiarnos a nosotros mismos y a alejarnos de la autoaceptación fueron elementos que se sumaron con fuerza a la necesidad de convertir el asunto en un grito.

Todo lo anterior había creado en mi, un espacio de absoluto cansancio que se reflejó en una actitud de NO complacer a nadie más, de trabajar la estética de mi propia rabia, de contar lo mucho que para ese momento me asqueaba la forma mezquina en que se prediseñaban personalidades y formas que atrapaban al alma, y que dejaban muy poco aire para la diversidad y las diferencias o para escuchar opiniones de quienes no compartíamos el rumbo de lo que veíamos o simplemente teníamos mucho que preguntar antes de decir “amen”.

Dejé de lado toda intención de “belleza” y especialmente el ego o la idea de hacer figuras “gloriosas” que aspiraran algún tipo de “perfección”, elegí acabados toscos y deliberadamente descuidados y dejé que cada cosa y cada detalle fuera producto de las sensaciones reales que estaba experimentando… no deseaba otra cosa, si es que deseaba algo en realidad.

La composición estuvo basada en otra pieza que había trabajado dos o tres años antes donde una especie de esfinge, fría, inexpresiva, gestaba a un niño que dormía plácidamente en el utero (también tras un vidrio y sumergido en agua) mientras el mundo lleno de formas demasiado estériles para parecer “vivas”esperaban su nacimiento para robarle lo únicamente importante: Su libertad de SER y elegir. Aquella primera pieza  también estaba hecha sobre una estructura cuadrada, de dos pisos, y la figura central con rasgos femeninos se interrumpía abruptamente de la cintura hacia abajo, descansando en una plataforma de cuatro pilares. En el centro, bajo la plataforma había un péndulo. Las formas en esta primera versión eran limpias, simples y detalles como el de los  espermatozoides resultaban casi adornos bien colocados, en una estética estéril, triste pero con un simbolismo interesante que quizá podía generar un poco de inquietud  por estar hecha además en colores pálidos y apagados, cosa que no era muy común en mis esculturas de aquellos tiempos, pero sin llegar a ser molesta a la vista.

Sin embargo para la versión de 1999 no había espacio para un solo discurso ni para edulcorar el exceso de información que golpeaba cualquier idea previa que pude haber tenido, y el resultado fue, la absoluta invasión de toda la estructura de la pieza por entes, basura y gusanos, sin dejar espacio al descanso visual ni permitir un segundo de tranquilidad al espectador… en la pieza no hay esperanza ni espacio para creer que detrás de las formas hay un mensaje menos directo que el que se vé en la superficie y que por el contrario, si se fuera mas a fondo seguramente el mensaje empeoraría.

Siempre experimenté con múltiples materias, y a pesar de que la plastilina la trabajé por años sin intervención de otros elementos, cada vez que tenía oportunidad, me permitía probar -de forma paralela a mi trabajo diario y como "experimento"- todo lo que me fuera posible usar como complemento o elemento importante que aportara algo interesante o nuevo a mi trabajo. En Virus no solo llevé la plastilina al extremo sino también el saturar intencionalmente la composición con diversas piezas, materiales y objetos para reforzar los conceptos dí rienda suelta a otro aspecto ya experimentado para ese entonces pero quizá anteriormente hecho con cuidado y mesura.

La adicción, la dependencia, el rechazo y autoflagelación por no ser lo que suponemos que debemos ser según nos contaban los otros, el vacio de la “belleza” cuando está desprovista de alma, la negación de la magia, el hambre por el dinero, el usar la palabra para destruir, el dormir nuestro cerebro para “no pensar”, el confundirnos con la tecnología y creernos superiores solo por saber donde está el botón de “ON” en un aparado, el desprecio (enseñado progresivamente por el "afuera") hacia las personas que no cumplen los canones de belleza impuestos -que además no comparto-, el horror que veo en algunas cosas que muchos adoran y consideran “bellas", el cortar nuestros sueños y ni siguiera aceptar que caimos en resignación llamando “ser realista” al habernos entregado al desconsuelo, el miedo a ser juzgado y las ganas de que te terminen de juzgar de una vez para poderlos mandar a todos a la M(&%•@!, en fin, pudiera hacer un post completo y MUY largo contándote solo el significado de cada cosa en el que simplemente hay un acto constante de cansancio, rabia, rebeldía o miedo.

El trabajo francamente hablaba de vulnerabilidad, pero hoy me parece que también era valiente y muy franco. El lenguaje sin embargo, a pesar de ser totalmente denso y sombrío, siempre lo consideré una respuesta a esos estimulos, mas que una apología, porque curiosamente siempre he sido una especie de pacifista, aunque totalmente apasionado por las cosas en las que creo.

La puesta en escena de esta pieza la complementaba con otros elementos y tuve la oportunidad de exponerla aunque para muy pocas personas. Tristemente, como sucedió con Muchos de mis trabajos anteriores a esa fecha, no tuve en aquel momento como documentar en fotografía el montaje completo y solo cuento con las fotos que comparto en este post y en el video que logré hacer años después.

Para aquel tiempo aun no pensaba en estudiar Diseño Gráfico, pero mi inquietud de convertir esta pieza en Ilustraciones de plastilina era enorme, lo cual tuve oportunidad de hacer y posteriormente una de ellas se convertiría en parte de mi Exposición “Orgánico Digital” de 2005.

En mi haber existen un par de trabajos más, relacionados con esas energían densas, pero en los que le siguieron a este había más ironía que rabia, más desparpajo que desesperación, y solo eran el eco de ese quiebre que te cuento en letras y fotos, y que en aquel año conté como he contado tantas historias, con plastilina.

Escultor: Roger Pereira
Año: 1999
Nombre: 1999 – Virus.
Medidas: 60 cm de alto aprox. Base: 25 x 25 cm.
Técnica: Modelado. Plastilina corriente.

Roger Pereira.

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